En esas cuatro jornadas de la visita de Jorge Luis Borges a Tucumán entre el 6 y el 10 de mayo de 1978 el escritor tuvo una actividad frenética, que se cerró el martes 9 a la tarde con la entrega del doctorado Honoris Causa en la Facultad de Filosofía y Letras.

Esa mañana, entre las 11 y las 12.30, se instaló en “Norte Libros”, en 24 de Septiembre 616 (hoy hay un pequeño bar en ese lugar), para firmar ejemplares, entre ellos las Obras Completas de Emecé, de 1974, de tapa dura, muy requeridas en esos tiempos. Al autor de Ficciones no le gustaba mucho esa tarea. Luego le diría al periodista de LA GACETA: “Hace un rato, estuve en eso de firmar libros. No sé... es tan triste eso de la promoción. El año pasado estuve en París, y en La Sorbona me molestaban todo el tiempo a preguntas...”

Recuerdos fotográficos: 1978. Borges pasea por San Javier

Sin embargo, estuvo de buen talante en la librería, según relata la profesora Nilda Flawiá de Fernández, que lo acompañó durante su estadía. Borges caminó desde el hotel Metropol, distante una cuadra de la librería. Allí el librero, fascinado con la visita, le preguntó en qué podían ayudarlo, qué necesitaba, y el escritor contestó con culta ironía: “me gustaría una edición princeps de Tácito”.

Luego se dedicó a los lectores que tuvieron el privilegio de su rúbrica. La profesora Flawiá cuenta que Borges le confesaría su incomodidad para firmar sin ver, dejando en las primeras páginas de los ejemplares autografiados un garabato singular. Por cierto que era un garabato borgeano, que muchos quisieran tener.